CARICIAS

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Ningún otro sentido como el tacto nos pone en contacto tan directo con otro ser humano. Siente y disfruta.





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Claire Tchaikowski - In your arms

Caricias,
dulces besos sin forma
que describen mundos nuevos
con tan solo una pasada de tu mano por mi espalda,
manera única de despertar,
encontrar un ángel tendido a mi lado,
compartiendo lecho contigo,
diosa de mi placer,
que ya me has hecho adicto a ti
con tu simple presencia.

Tu carne son pétalos de rosa,
fragantes y jugosos,
que mis labios desean besar,
depositar húmedas caricias sobre su superficie,
buscando el espasmo de tu vientre,
la formación de espuma de Venus entre tus piernas,
alimento vital
con el que pretendo desayunar en esta mañana,
compungido y suplicante,
de rodillas ante el altar del pecado
que es tu cuerpo.

Mi mente se ofusca,
me vuelvo animal desaforado y salvaje
inmovilizado por las cadenas de tus piernas,
sin saber qué es lo que más anhelo,
si tus besos o tu vulva,
qué es lo que me hace vivir,
si el respirar o el sumergirme entre tus piernas con fiereza,
en pos de tus rugidos de placer.

Entre besos,
acaricio tu sexo,
suave y resbaladizo,
trémulo al contacto con mi mano,
criatura ansiosa de recibir
las caricias que le tengo reservadas,
lascivas y lujuriosas,
con las que me recreo en  la espuma
que mana de tu vulva,
en la ansiedad de tu clítoris palpitante
entre mis dedos.

Mi erección,
palpitante e intensa,
dolorosamente deliciosa,
me grita desde las profundidades en las que habita,
se adueña de mis caderas y las agita al aire,
aullando que quiere entrar en ti,
que desea derramar su semilla en tus entrañas,
pero una parte de mí se niega a obedecer,
se niega a responder,
y sin querer posponerlo más
 tomo el pan de tu sexo
y practico la comunión del sexo
con tu carne y tu flujo.

Es mi misa particular,
mi manera única de comunicarme
con la diosa que eres tú,
hecha carne ante mí,
y sólo para mí.

Tus aullidos de placer al cielo
son mi bendición,
tu cuerpo se ondula y se agita,
apretando mis labios contra tus labios,
permitiendo beber de ti,
que mi lengua juguetee con tu clítoris,
acariciándolo dulcemente.

Dulces caricias para tu más dulce ser…

Entonces me tomas,
me guías dentro de ti,
me tomas,
como un juguete entre tus piernas,
haciéndome perder la cordura,
devorándome como si fuera una golosina en tus labios,
arrancándome gritos de placer y jadeos de éxtasis,
mientras tu vulva deposita sobre mi cuerpo
tus caricias...

Sin quererlo,
sin poder inmpedirlo,
transido del placer que me estás regalando,
mirándome fijamente a los ojos
con el deseo esculpido en las facciones
y las bocas completamente abiertas
para hablar el leguaje de la pasión
que sólo se puede expresar
con nuestros roncos jadeo,
estallo.

Mi falo se agita dentro de ti,
lanzando toda la semilla de Eros que tengo,
antes de que tu mano,
presta y delicada,
lo tome entre sus dedos,
y comience a acariciarlo de manera delicada y lasciva,
con una lujuria exquisita,
volviéndome loco con el gesto mas simple...

Tus caricias...
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